¿Es posible ser fiel hoy? Una cámara, un concierto y una lección para la vida

Foto: Redes Sociales (Kiss Cam)


Por: Emerson Apaza 

Durante la tradicional “kiss cam”, las cámaras enfocaron a una pareja: Andy Byron (CEO de la compañía tecnológica Astronomer) y Kristin Cabot (directora de Recursos Humanos de la misma empresa), quienes reaccionaron con nerviosismo al verse proyectados en la pantalla. Él se agachó y ella se cubrió el rostro, lo que desató la especulación de que podrían estar teniendo una relación extramatrimonial, ya que ambos están casados, pero con otras personas.

(Fuente: El País+15News.com.au+15Diario)

En un mundo donde la privacidad parece desvanecerse entre cámaras, redes sociales y escándalos virales, hemos sido testigos recientemente de un momento que, aunque fugaz, desnudó una realidad profunda: la fragilidad de los valores morales en la sociedad contemporánea. El suceso ocurrido en el concierto de Coldplay no es solo un momento incómodo viral. Es un espejo de lo que estamos viviendo y permitiendo como sociedad: la banalización del compromiso, la normalización de la infidelidad y la fragilidad de la institución del matrimonio.

Una sociedad que se ríe de lo malo

Lo que para muchos fue motivo de risa, memes y especulación morbosa, para quienes creemos en los principios cristianos debería ser motivo de reflexión y dolor. La infidelidad no es entretenimiento. El adulterio no es un chisme. Detrás de cada acto de deslealtad hay matrimonios que se rompen, hijos que sufren, confianza que se quiebra y una sociedad que se va desmoronando lentamente, sin siquiera notarlo.

Jesús fue claro al hablar del matrimonio:

“Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne… Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.”
Mateo 19:5-6

Cuando se pisotea esta unidad sagrada, no solo se hiere a una persona, se corrompe la base moral sobre la cual debe sostenerse toda sociedad.

El matrimonio como reflejo del carácter de Dios

Para los cristianos, el matrimonio no es una invención cultural, sino un diseño divino. Fue instituido por Dios en el Edén (Génesis 2:18-24) y reafirmado por Jesús como modelo para la vida en fidelidad, respeto y amor abnegado. Elena G. de White escribió:

“El vínculo de la familia es el más estrecho, el más tierno y sagrado de todos sobre la tierra. Fue designado para ser una bendición a la humanidad.”
El Hogar Cristiano, p. 14

Y también nos advierte:

“El adulterio y toda especie de impureza son ofensas contra Dios, y los que cometen tales pecados quebrantan el pacto matrimonial y atraen sobre sí mismos las consecuencias más lamentables.”
Testimonios para la Iglesia, tomo 5, p. 597

¿Qué podemos aprender?

  1. El mundo necesita testigos fieles. La fidelidad matrimonial es uno de los mayores testimonios de integridad cristiana. Vivir una vida de compromiso, respeto y pureza en el hogar es una predicación silenciosa pero poderosa.

  2. La cultura digital no puede dictar nuestros principios. Que un hecho como el escándalo en el concierto sea motivo de burla y viralización solo refleja cómo el pecado se ha vuelto espectáculo. Nosotros, como pueblo de Dios, estamos llamados a levantar un estándar más alto.

  3. La educación en valores debe comenzar en el hogar. Nuestros hijos y jóvenes necesitan ver en nosotros ejemplos vivos de amor verdadero, resolución de conflictos y compromiso con el pacto matrimonial.

El llamado a la fidelidad

En una sociedad que premia lo superficial y deshecha lo eterno, la fidelidad se ha vuelto revolucionaria. Amar a una sola persona toda la vida, respetarla incluso cuando nadie nos ve, honrar el pacto incluso en las pruebas, es ir contra la corriente. Pero es justamente lo que el mundo necesita ver: matrimonios que reflejen el amor de Cristo por su iglesia (Efesios 5:25-33).

Versículos para reflexionar:

  • Hebreos 13:4: “Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.”

  • Proverbios 5:15-18: “Bebe el agua de tu misma cisterna, y los raudales de tu propio pozo... Alégrate con la mujer de tu juventud.”

En un mundo que hace virales los escándalos, hagamos viral el compromiso. En una cultura que trivializa el pecado, vivamos con santidad. En una generación que se burla de la fidelidad, seamos ejemplo de ella.

Porque más que entretenimiento, este escándalo fue una advertencia. Y frente a esa advertencia, nosotros elegimos vivir según la Palabra, abrazando la fidelidad como un principio innegociable.

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